A menudo vemos casas en las que no hay mas que los muebles, lámparas y poco más. La casa que os mostramos en esta entrada pertenece a Paolo De Vivo, consultor de comunicación y padrino de la lujosa marca de prendas de punto Denobiliaryparticle. Compañeros de cuarto, Chaos y Heydar, los dos sabuesos afganos. La vivienda se sitúa en una zona de la burguesía milanesa en la que hay casas nobles y vestigios del Milán señorial en parte demolido en el siglo XIX.
Paolo De Vivo , consultor de comunicación y gerente de relaciones públicas de marcas de lujo como Valextra , Thun , Marco de Vincenzo y Andrea Pompilio , encontró su hogar justo donde una vez estuvo un edificio medieval, el primero que data de 1100 .
El piso noble de 100 metros cuadrados se sitúa en un edificio de época que había sido intervenido en varias ocasiones y despojando del encanto del pasado. Pero a nuestro Paolo le cautivaron una serie de elementos que hicieron quedárselo y convertirlo de nuevo en un lugar con encanto.
El deseo de De Vivo es mantener el sabor de una casa antigua, restaurando el apartamento a su distribución original. Y es así como se desmantelan los falsos techos y pisos con vaciados de hormigón de los años 80: lentamente, durante las obras, se va revelando la casa con su verdadera naturaleza.
«La base que encontré mientras la restauraba era claramente del 1600, pero la casa resultó ser más antigua. Sería un ala de un antiguo convento , al menos así se desprende de las reconstrucciones de los mapas antiguos que he desenterrado». Básicamente, un juego de cajas chinas devuelve la vida a la casa.. «Cuando desmantelé el falso techo de la década de 1980, encontré que cubría un zarzo pintado: el fresco, sin embargo, se había derrumbado en algunas partes, y tuve que quitarlo, descubriendo así que a su vez escondía la cómoda original. Al hacerlo, gané un metro más de altura. Debajo del piso de cemento también había parquet que escondía una terracota muy antigua del 1600, la Lombard Medone: son todas baldosas firmadas, con un jaspeado típico. Lo devolví a la luz, y donde no estaba la terracota original lo restauramos con una terracota antigua: puesta como estaba en el original».
Paolo, a quien le encanta cocinar y tener invitados, necesitaba un hogar que fuera acogedor y fácil de vivir. Respetando el plan original, moduló así sus necesidades como arrendador, aprovechando al máximo el espacio tal como se presentaba. «No lo he desvirtuado, sino adaptado a lo que necesitaba. En otras palabras, un gran salón de recepción, un gran comedor y un dormitorio privado más pequeño. Con un vestidor que hace de pasillo, gracias a un truco inteligente: cuando este "volumen" está cerrado no lo notas, cuando está abierto, las dos puertas crean un pequeño pasillo por el que entra la luz la ventana, directamente al dormitorio leído". Pero a De Vivo no solo le gustan los bonitos jerseys de canalé inglés, la cocina 0 km y sus dos galgos afganos Caos y Heydar(que significa "león" en persa). Su verdadera pasión es el coleccionismo: «Colecciono en 360 grados. Y, de mi serie de alfombras chinas, se derivan todos los matices que le dieron el “the” a la casa. El azul, por ejemplo, está en todas partes, luego se añaden tonos crudos y rosas…».
En resumen, sucede que los diversos muebles, provenientes de casas anteriores de Paolo o de su familia, de herencias de antepasados y simples regalos de amigos, se recomponen en este cofre, como por arte de magia. “Hay mucho de mi vida aquí. Las mesas hexagonales del salón son antiguas de los Eames para Vitra, y me las vendió Maurizio Pecoraro, gran coleccionista y hombre de mucho gusto. Las sillas verdes son de Artemide diseñadas por Vico Magistretti. Los sillones, en cambio, los heredó mi padre, son de los años 50, y forman parte de un enorme salón de la casa de los abuelos. Los mandé retapizar con las sábanas de mis abuelos y mis familiares, sus iniciales aún están ahí. Luego están los jarrones, mi obsesión: de Gio Ponti a Richard Ginori, a las Lavenias de los años 40 y 50, hasta los tarros de boticario del Renacimiento». Entre mercados, ferias de antigüedades y cacerías entre tiendas modernas y brocantage , Paolo ha construido su nido, tranquilizador y chic, con una agradable armonía cromática . Se decía que los matices de las alfombras chinas, también colgadas en la pared a modo de tapiz, regulan los matices de la casa. El color celadón de la habitación, por ejemplo, tiene algo sumamente relajante, amenizado por las cortinas Rubelli. «Los elegí con esta fantasía que parece un bodegón antiguo. Lo combiné -un truco aprendido de un gerente de Prada- con otras dos telas: un paño de lana Zegna azul oscuro y un algodón blanco (para sábanas). Así que tengo diferentes efectos de luz. El sofá es de Carlo de Carli, descubierto en un mercado de Liguria. En la sala también hay un pequeño retrato de papá cuando era niño, cuadros antiguos y luces Naska Loris para FontanaArte».
Una consola Louis Philippe, con inserciones en bois de rose, con una colección de jarrones Impruneta. Como cuenta De Vivo: “La regadera dorada es el regalo de un ceramista que trabaja muy de cerca con niños en dificultad para la Fundación Lene Thun, ayudándolos con cerámica terapia. Una persona que disfruté mucho conocer, por casualidad en un pequeño pueblo”.
En el gran salón destacan las cortinas rojas, también en casual colgante con las alfombras. "Los compré en Barcelona,proceden de la restauración de un edificio histórico y tienen el escudo de familia noble. Tomé 18 metros de ellos, encontrados en un mercado. Loco por traerlos aquí, pero me gustaron». El sofá es de época que Paolo retapizó con terciopelo de lino. Las sillas, modelo Chiavarine, son de época, con cojines en tejido Rubelli. La silla que ves es de Ercol, una marca creada por Lucian R Ercolani, considerado una especie de Gio Ponti británico. La cocina es modular, con doble encimera, a la derecha ya la izquierda. La protección contra salpicaduras es de espejo y las encimeras de mármol. «Aquí también están mis colecciones. Cuadros y fotos antiguas: Tengo una muy bonita de Chaos y yo tomada por la fotógrafa y amiga Elena Braghieri. El caos es un animal especial, lo conseguí que estaba en una perrera, lo trataron muy bien, pero aún sin amo.. Desde que está conmigo me ha ayudado mucho. Los perros son catalizadores de energía, amplifican. Es un excelente compañero de viaje y de vida. Se hizo famoso en Instagram"
El baño es una delicia: de mármol cipollino, parece una tormenta pintada. La particularidad de este mármol es que es mancha completa, es decir, está montado de manera que se ve una mancha continua. “Hice coincidir dos paredes de latón en la ducha. Son de latón real, reflejan. Así que me ducho entre la tormenta y el oro, es muy agradable. Junto al espejo, un Luigi Filippo, lámparas vintage de Seguso, histórica fábrica de Murano. Abajo, un baúl de Goyard, tomado en Florencia, sobre el que se colocan varios neceseres de viaje de cuero vintage.
Y finalmente un toque napolitano, un homenaje a los orígenes familiares. Los colgantes o collares de coral se pueden encontrar por toda la casa, «Son porte-bonheur. Los colgué por todas partes, dan alegría».
detalles del baño
Junto al espejo, un Luigi Filippo, lámparas vintage de Seguso, histórica fábrica de Murano. Abajo, un baúl de Goyard, tomado en Florencia, sobre el que se colocan varios neceseres de viaje de cuero vintage. Productos de belleza, Taller de Perfumería Farmacéutica Santa Maria Novella.
Lo que más nos gusta de la casa de Paolo es que no sigue para nada las modas, es una casa llena de objetos que mezclados crean un universo único, de una atemporalidad perfecta. Una casa en la que lo nuevo, lo antiguo o lo vintage conviven sin pedir permiso a ningún estilo concreto. Nosotros que somos amantes de los objetos con alma vemos el ejemplo perfecto en esta vivienda que huye de las tendencias para arrollar con toda la personalidad y carácter. Un gabinete de curiosidades muy cuidado de objetos adquiridos en diferentes lugares y épocas.
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